El solitario sociable o por qué no utilizar el infinitivo fático
Mari Tilde, decirte que me siento solo a pesar de mi intensa vida social y explicar que siempre estoy rodeado de gente. Pero, aun así, no se me quita este profundo sentimiento. Añadir que soy amable, atractivo, culto, divertido y rico, y que tengo una actividad sexual nada desdeñable, pero todo eso no parece tener efecto alguno sobre mi no deseada soledad. Insistir en que celebro fiestas multitudinarias con champán y caviar, pero nada, sé que estoy solo. Agradecer algún consejo tuyo, Mari Tilde.
Janso Lito
Querido y nunca solo Janso:
Para sentirse acompañado no hay que tener muchos amigos sino pocos pero buenos. Y para disfrutar de la soledad hace falta saber estar con uno mismo. Ya sabes que el cariño verdadero ni se compra ni se vende, de modo que te aconsejo que te rodees de quien te quiere por ti mismo y no por tu dinero.
Mientras encuentras buenos amigos, deberías corregir un error ortográfico que quizás te lleve a esa soledad que detestas: deja de usar ese infinitivo fático, introductorio… o solitario. Quizás el abuso que haces de él sea el responsable de tu escasez de buenas compañías. No sabes cuánto afecta la ortografía a nuestra vida emocional.
Seguramente ignoras, desconsolado Janso, que el infinitivo no es realmente un verbo sino un verboide. Eso significa que él solito no sirve como verbo para crear una oración, por lo que necesita que le acompañe otro verbo que sí está conjugado. Por eso los infinitivos que has escrito en tu carta son incorrectos, ya que están tan solos… como tú. Es muy fácil resolver este problema, basta con precederlos de un verbo conjugado. Observa los cambios:
«Me gustaría decirte que me siento solo»
«Hay que explicar que siempre estoy rodeado de gente»
«He de añadir que soy amable, atractivo, culto, divertido y rico»
«Debo insistir en que celebro fiestas multitudinarias»
«Agradecería algún consejo tuyo, Mari Tilde».
Janso, si el Llanero Solitario, que era solitario, siempre iba acompañado del indio potawatomi Toro por las llanuras del lejano Oeste, ¿cómo vas a dejar un infinitivo, que es más un nombre que un verbo, solo en una oración? Abandona ese feo hábito de usarlo para introducir una oración subordinada. Y no olvides que los libros también son muy buenos amigos. Yo he publicado uno muy entretenido…
Mari Tilde
Tu consultora ortográfico-sentimental de cabecera