Nos liamos con los prefijos. Los escribimos separados de la palabra o juntos pero con guion o juntos para siempre… pero nos quedamos con la duda de si lo hemos hecho bien. Toma nota.
Para empezar, has de saber que un prefijo no es una palabra. Eso significa que carece de significado por sí mismo y, por tanto, no puede andar a su aire, suelto por los textos como los villanos por las calles. Al fin y al cabo, sus primos los sufijos (que se colocan al final de la palabra) van pegados a esta: «Machote», «planazo», «cabroncete».
Por esa razón, el prefijo «super» va pegado a la palabra base, ya sea esta adjetivo o sustantivo: «Superhéroe», «superfuerte», «supermercado», «superbién». Y lo mismo sucede con el resto de los prefijos: «Exnovio», «prepago», «antiadherente», «multitarea», «archisabido» e, incluso, las palabras que llevan varios prefijos como «antipostmodernista», «superantipostmodernista», «exsuperantipostmodernista». Feo pero correcto.
Los prefijos ganan independencia cuando preceden a un sustantivo formado por varias palabras, es decir, pluriverbal. Parece lógico escribirlos así, solos, ya que si pegamos el prefijo a la primera palabra del nombre parece que solo afecta a esta y no a las dos. «Ex primer ministro», «vice relaciones públicas» (en efecto, los cargos se escriben en minúscula, ya que son nombres comunes), «pro derechos humanos», «mega de acuerdo», «anti mano dura», «super mal rollo»… Y no, este «super» no lleva tilde.
Sí lleva la tilde cuando convertimos el prefijo en sustantivo o adjetivo. Es fácil, solo existen tres casos: «El súper del barrio», «la gasolina súper» y « Superman, tu capa es súper».
Y «super» se escribe como cualquier otro prefijo: con guion cuando forma parte de un nombre que lleva números, como «super-8», o si la palabra base empieza con mayúscula. Es el caso de «post-Obama», «ex-KGB», «pro-Clark Kent».
También usamos guion en esas situaciones en las que a una misma palabra queremos añadirle dos prefijos opuestos. Pero solo le ponemos ese guion al prefijo que está más lejos: «pre- y postvacacional», «pro- y antitaurinos», «sub- y supracelestial». Así se ve claramente y a la primera que estamos hablando de prefijos.
Por cierto, ¿al escribir repetimos las vocales, es decir, la propia del prefijo y la de la palabra? Pues según. La RAE nos deja escribir «preestreno» y «prestreno», «portaaviones» y «portaviones». Pero obliga a multiplicar la vocal en caso de que no hacerlo genere malentendidos. Porque si escribimos «semilegal», ¿queremos indicar que el asunto del que hablamos es un poquito legal o más bien un poquito ilegal? Si cambia el significado, como en «reemitir» y «remitir», «ultraamoral» y «ultramoral», «semiiletrado» y «semiletrado» escribimos sin problemas esa vocal doble. Como también añadimos la r en caso de que las normas de escritura así nos lo dicten: «Superreal», «hiperrancio», «contrarrevolución» (ya sabes, entre dos vocales).
En resumen: salvo en casos extraordinarios, superraros y anti sentido común… el prefijo y la palabra es escriben tan pegaditos como el traje de Superman a su soberbia musculatura.
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