¿Qué tipos de traducción existen?
Hay muchas maneras de clasificar las especializaciones en traducción: por campos de especialidad, por tipos de tareas, por soporte textual, por tipos de clientes o productos… Es difícil hacer una clasificación según un criterio unitario. Para hacernos una idea general, propongo la siguiente:
- Traducción editorial: Esta especialidad engloba tanto los textos literarios y de productos editoriales (desde guías de viaje a audiolibros, desde poesía a teatro, alta literatura o autoeditados)
- Traducción audiovisual: Es una de las más atractivas, pues abarca la traducción de guiones de doblaje para cine, series o documentales, el subtitulado (general y para sordos) y sobretitulado, audiodescripción, voz superpuesta.
- Traducción técnica: Probablemente el campo más amplio en traducción a día de hoy. Los traductores técnicos se encargan de los manuales, las hojas de especificaciones, instrucciones, descripciones de productos… Desde manuales de lavadoras a informes técnicos sobre un reactor nuclear.
- Traducción científica/médica/farmacéutica: Muy emparentada con la técnica. La especialidad se dedica a los artículos científicos, literatura médica, informes sobre ensayos clínicos, prospectos farmacéuticos, etcétera.
- Localización de software/apps/webs: De nuevo, un tipo de traducción técnica. Traducir la versión en español de programas de ordenador, videojuegos, aplicaciones móviles, etcétera. Traducción de contenido web (contenido que puede ser de cualquier tipo). El sector de mayor expansión actual y de un potencial casi ilimitado.
- Traducción jurídica y económica + Traducción jurada: hablamos de documentos jurídicos tales como contratos, testamentos, escrituras, partidas de nacimiento o defunción… Nos referimos a textos económicos cuando trabajamos con informes financieros, balances, cuentas anuales… El traductor jurado además está autorizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para, cuando lo exigen las autoridades, oficializar traducciones con su firma y sello.
- Traducción comercial o de marketing: Otro gran cajón de sastre: todo tipo de contenidos promocionales, publicitarios o simplemente informativos para empresas de productos o servicios, instituciones, ONG, fundaciones…
También es interesante clasificar los tipos de clientes para los que podemos trabajar y qué clase de traducción demanda cada uno. Grosso modo, otra propuesta de clasificación:
- Agencias de traducción: Podemos trabajar para agencias en plantilla, pero la tendencia es a contratar traductores independientes. Nos pueden pedir casi cualquier tipo de traducción. (Quizá de traducción editorial, los menos.) Al ser intermediarios, son los clientes que, en principio, menos interesan económicamente al traductor, aunque ofrecen un caudal más constante de trabajo.
- Pymes y grandes empresas de servicios y productos, fabricantes, distribuidores, productoras audiovisuales, desarrolladores de software, laboratorios farmacéuticos, bufetes de abogados… Este tipo de empresas suelen solicitar traducciones para sus necesidades de exportación y proyección internacional. Son traducciones de carácter comercial, de márketing, jurídica/económica, técnica (manuales, instrucciones, normativas…)…
- Editoriales, revistas, prensa: Traducción editorial.
- Instituciones internacionales, ONG, fundaciones, grupos de reflexión y presión, universidades…: Traducciones jurídicas y económicas, textos de carácter oficial, administrativos o sobre política/economía de los organismos internacionales.
- Particulares: Traducción jurada de todo tipo de documentos.
¿Qué tipos de tareas puede o debe realizar un traductor? Aparte de, obviamente, traducir y dominar su lengua materna, debe ser capaz, para empezar, de cotejar y revisar traducciones. Aunque comparte características con ella, la tarea de revisión de traducciones no equivale a la de corrección ortotipográfica y de estilo, y suele quedar reservada a traductores con experiencia. Entre las tareas distintas a la traducción que puede pedir una agencia o un cliente figuran también la posedición (edición/corrección/reescritura de textos traducidos automáticamente) o la transcreación (a caballo entre la traducción, la adaptación y la redacción; más o menos una traducción libre de propósito comercial). Además, el traductor puede gestionar proyectos de traducción, bases de datos terminológicas y memorias de traducción, una labor de carácter más técnico. Por fin, puede resultar interesante que el traductor tenga conocimientos de diseño gráfico, maquetación o edición de vídeo para incorporar sus propios textos traducidos al soporte final (sean textos traducidos para una web o los subtítulos para un vídeo publicitario) y ahorrar al cliente buscar a otra persona que lo haga.
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