O cómo usar los determinantes artículos
¿Te has dado cuenta, Mari Tilde, de que la mayoría de personas no se fijan en cosas importantes? Persiguen notoriedad, fama y dinero fácil como si eso supusiera mejora en sus vidas. Yo estoy empachada de tontería y he decidido abandonar redes sociales y zarandajas que se me atragantan. Adiós, mundo. Me aíslo en naturaleza: no pienso tragarme paridas pretendidamente modernas que nada aportan. ¿Crees que soy radical, Mari Tilde? Por cierto, me encanta consultorio; felicidades. Sentiré dejar de seguirte.
Trini S’Atraganta
Trini, hija, cómo no te vas a sentir empachada ¡si te comes todos los determinantes! Estos son las palabras que escribimos delante de los sustantivos y que nos dan información sobre ellos: cuántos son, de quién, si están cerca o lejos…
Por ejemplo, los artículos (el, la, los, un, unas…) son determinantes, y tú te los tragas toditos. No los escribes delante de «personas», «cosas», «notoriedad», «fama», «dinero», «redes» ni «naturaleza», que deberían llevarlos.
También son determinantes los adjetivos demostrativos, es decir, los que nos indican a qué distancia del hablante se encuentra aquello que mencionamos: este, esas, aquellos… Podrías haber escrito «esas paridas», por ejemplo.
Los adjetivos posesivos (su, vuestras, nuestro…) son determinantes, y nos vienen muy bien para contar a quién pertenece eso de lo que estamos hablando. Tú lo has añadido en «sus vidas», pero te habrían venido bien en incluirlo en «tu consultorio».
También son determinantes los adjetivos cuantificadores, los que nos hablan de la cantidad de una manera indefinida (cierto, algún, ningún…) o muy concreta (siete, triple, ambos…). Así que te sentirías más ligera si en lugar de comértelos los hubieras dejado en «alguna mejora», «tanta tontería», «demás zarandajas», «demasiado radical» y «muchas felicidades» (gracias, por cierto).
Resumiendo: que, como dirías tú, parece que quien escribe es una máquina en vez de una persona. Mira qué bien queda.
¿Te has dado cuenta de que la mayoría de las personas no se fijan en las cosas importantes? Persiguen su notoriedad, la fama y el dinero fácil como si eso supusiera alguna mejora en sus vidas. Yo estoy empachada de tanta tontería y he decidido abandonar las redes sociales y demás zarandajas que se me atragantan. Adiós, mundo. Me aíslo en la naturaleza: no pienso tragarme esas paridas pretendidamente modernas que nada aportan. ¿Crees que soy radical, Mari Tilde? Por cierto, me encanta tu consultorio; muchas felicidades.
El caso es, empachada Trini, que necesitas una dieta detox urgente. Cuando hables o escribas no te comas los determinantes, déjalos en el plato de tus textos cada vez que hagan falta y ya verás qué ligerita te sientes dentro de unas semanas y qué nutridos quedan tus escritos. Ah, ¡y por nada del mundo dejes de seguirme. No te salgas de todas las redes sociales, solo de algunas.
Mari Tilde
Tu consultora ortográfico-sentimental de cabecera