¿Tienen tus textos un no sé qué fastidioso y no sabes cuál es? Quizás se trate de cierto exceso de incisos bienintencionados que acaban convertidos en un estorbo. Mari Tilde saca la podadora para eliminar esas ramas molestas que dan demasiada sombra a la escritura.
Incisos, unas interrupciones molestas
El amicus interruptus
Mari Tilde: mis relaciones, no solo de pareja sino, y esto es lo que más me apena puesto que creo poco en el amor, de amistad, nunca culminan. Quizás soy yo, sospecho, pero tal vez es la gente, nunca proclive al compromiso. ¿Es esta, nuestra sociedad individualista, la que, aun a pesar de mis esfuerzos, me tiene aislado? ¿Detectas, tú que siempre das en el clavo, algo defectuoso en mí, que tengo unas enormes ganas de crear un grupo de amistad sólido, de esos que duran para siempre?
Constante Cortes
No es la gente, Constante, eres tú. Y más que tú, tus incisos. Estos son oraciones, frases o palabras que interrumpen el enunciado. Lo hacen para añadir información o expresividad. Los incisos, es importante que lo sepas, se aíslan mediante comas del resto de la oración –en algunos casos podrían ir entre paréntesis o rayas–. (¿Has visto que he introducido dos incisos en la oración anterior? Ha sido adrede). (¿Observas que lo que acabas de leer entre paréntesis, y lo que estás leyendo, son también incisos? ¿A que molesta?).
Fíjate bien, Constante, que los incisos son eso: incisiones, cortes en mitad de un enunciado. O sea, interrupciones. ¿Y qué pasa con estas? Pues que unas pocas se aguantan pero muchas molestan porque nos hacen perder el hilo de lo que estamos leyendo. Y tú haces muchísimas. Tantas que es imposible entenderte. Por eso tus relaciones nunca culminan, porque te pones un poquito pesado con tanta aclaración que no viene al caso.
Los incisos se escriben siempre entre comas. Es frecuente que por error se ponga solo una de las dos, la de apertura o la de cierre, algo que a ti no te pasa. Y menos mal, porque de lo contrario, ya sí que sería imposible entenderte. De manera que no todo está perdido, cortante Constante.
Deberías saber que no solo hay que reducir los incisos, sino que, además hay que puntuarlos bien. ¿Cómo se reducen? Muy fácil:
- Plantéate si esa aclaración que corta el enunciado es pertinente o no.
- Si no lo es, elimina ese inciso inútil y molesto. Para ello antes has de distinguirlo de la oración principal, que es la que cuenta lo enjundioso a través de un sujeto, un verbo y unos complementos.
- Si la aclaración es oportuna puedes escribirla en una oración nueva en lugar de entremedias de la otra.
Para saber si has puntuado bien un inciso quítalo con las comas y todo y comprueba que el enunciado restante es correcto, que no le falta ni sobra nada. Que es lo que es: un enunciado con significado completo.
Vamos a podar tu texto para dejar que entre luz en él. Quitaremos lo innecesario y repetitivo y convertiremos algunos incisos en oraciones independientes. Observa las diferencias entre tu sincopada versión…
Mis relaciones, no solo de pareja sino, y esto es lo que más me apena puesto que creo poco en el amor, de amistad, nunca culminan. Quizás soy yo, sospecho, pero tal vez es la gente, nunca proclive al compromiso. ¿Es esta, nuestra sociedad individualista, la que, aun a pesar de mis esfuerzos, me tiene aislado? ¿Detectas, tú que siempre das en el clavo, algo defectuoso en mí, que tengo unas enormes ganas de crear un grupo de amistad sólido, de esos que duran para siempre?
Y la mía:
Me apena que mis relaciones de amistad nunca culminen. También las de pareja, pero no tanto porque creo poco en el amor. No sé si el problema es mío o de la gente. ¿Es nuestra sociedad individualista la que me tiene aislado? ¿Detectas algo defectuoso en mí? Tengo unas enormes ganas de crear un grupo de amistad sólido.
Notas las diferencias, ¿verdad, Constante? Pues así es como se mantienen cerca a las personas queridas: facilitándoles las cosas y haciéndoles la vida más agradable. Por eso no sueltes la chapa, que, si alguien quiere saber más de ti, ya te preguntará. Se llama conversar.