Continuamos con esta serie sobre la tipografía, que todo diseñador debe conocer, en concreto las basadas en trabajos de famosos tipógrafos e impresores españoles.
Enlaces a las partes anteriores:
- Primera parte: Antecedentes. Quién fue Ibarra. Situación histórica de la mejor tipografía clásica española.
- Segunda parte: Cómo una tipografía muestra su razón de ser. Cómo una obra puede mostrar que la tipografía es un arte.
Ya en la actualidad, en esta tercera parte hablemos de las primeras recuperaciones de las tipografías utilizadas en las famosas obras impresas por Ibarra.
Hay que recordar que en la época del taller de Ibarra las tipografías no tenían nombre y, por supuesto, no se registraban ni se firmaban. Como mucho, se conocían como «letras de fulano», pero solo se compraban, se vendían y se clasificaban dependiendo del cuerpo tipográfico o tamaño de la letra, no por el nombre del grabador ni por el del calígrafo. Por cierto, sobre los cuerpos tipográficos, se podría hablar horas de los nombres antiguos de los tamaños de cuerpo, que ciertamente daría para otro artículo: breviario, glosilla, nomparela, miñona, entredós, parangona… Pero los concienzudos de Unostiposduros ya hicieron un interesante avance.
Pues bien, ya en época contemporánea ha habido unos cuantos proyectos para recuperar algunas de las mejores tipografías históricas utilizadas por Ibarra en su imprenta, a fin de poder incorporarlas y utilizarlas en la industria actual de las artes gráficas, así como para divulgar el patrimonio tipográfico, cultural e industrial español.
- Tipografía Ibarra de Gans
Contra lo que se podría pensar, la recuperación de fuentes históricas ya se hacía antes de que existieran el Fontographer o el FontLab (programas habituales de diseño de tipografías). Antes de la era digital hay precedentes de buenos proyectos de recuperación de tipografías antiguas usadas por Ibarra.
Salvo que alguien refiera otro, el pionero fue Carl Winkow en sus trabajos para la fundición Richard Gans. Recreó una tipografía que se lanzó en 1931 con el nombre de Ibarra. (imagen del catálogo de Gans).
La recreación se hizo en conmemoración de los 50 años de la fundición Gans. La tipografía se diseñó para imprimir el libro-homenaje El Maestro Joaquín Ibarra. Es una combinación de los tipos que utilizó Joaquín Ibarra y tipos de la familia Ezelvir, por lo que también se la conoce como Elzeviriano Ibarra (descripción del catálogo MyFonts)
Se trata de una letra de tipo común, literaria y elegante, adecuada para texto corrido, y con unas cursivas muy cuidadas. Además, el trabajo era ambicioso porque no se limitó a una sola tipografía, pues la Ibarra se podía combinar con otras como variantes complementarias: una que en el catálogo de Gans aparece como Elzeviriano Ibarra, de remates más finos y concebida sobre todo para cabeceras y titulares, y otra de nombre Dalia (o Ibarra vaciada), con un diseño semejante a la Ibarra pero con las astas huecas, pensada para rotulación y textos significativos.
Evidentemente, en los años 30 no se trataba de archivos digitales de fuentes para ordenador, sino de juegos de tipografías para imprenta mecánica compuestos de tipos de plomo. Aun así, esta es la primera referencia que se puede encontrar de recuperación de tipografías antiguas de la época de Ibarra, y con un resultado muy digno.
- Tipografía Ibarra
Dentro ya de la época digital, uno de los primeros intentos de digitalización fue la recuperación de la tipografía de Antonio Espinosa con la que se imprimió el famoso Salustio de 1772 (grabador y obra ya citados). Fue el fruto de una colaboración entre el Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática del Instituto Tecnológico de Aragón y el grupo de Informática Gráfica Avanzada con el C.P.S. de la Universidad de Zaragoza, y financiado por Ibercaja y el Gobierno de Aragón.
En la reconstrucción y recuperación intervino un numeroso equipo de técnicos: en la parte tipográfica, dirigidos por Pablo Murillo López y José Luis Acín, y en la parte informática Sandra Baldassarri, Ignacio Pulido y su equipo, dirigidos por Francisco Serón. [imagen: pantallazo del visor de la fuente en el S.O. Windows].
El proyecto dio lugar a la tipografía con el nombre de Ibarra, formada por una variante regular y otra cursiva. Se lanzó en 1993 en formatos PostScript Tipo 1 y TrueType para poder utilizarse tanto en entornos Mac como PC. Se distribuye libremente desde entonces desde un servidor del Centro Politécnico de la Universidad (leer más información).
La fuente recrea el aspecto antiguo de esta tipo sobria del siglo xviii, con los remates duros y otros rasgos de aire «primitivo», por lo que no es realmente un rediseño o recreación, sino más bien una reconstrucción cercana. Este proyecto merece el honor de figurar como la primera digitalización de una fuente antigua de la época de Ibarra. Y, aunque se puede deducir (sin duda alguna) la modestia de su presupuesto, con un resultado muy interesante.
Hay que recordar lo rudimentarias que eran las herramientas informáticas en los primeros 90: como comenta el propio Pablo Murillo en el foro Doméstika, entre otras muchas cosas usaron Photoshop 2.0 (!!). Por tanto, teniendo eso en cuenta, un honor ciertamente bien ganado.
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