Cómo escribir enumeraciones
Una enumeración no es una lista. Conviene que lo sepas porque las listas son algo así como el menú degustación, la barra libre en las bodas, la fiesta de Navidad de la empresa. Es decir, permiten pasarse un poquito. Pero las enumeraciones son un menú del día: primero, segundo y postre. Sin extras.
Quiero decir…
Si deseas mantenerte sobrio a lo largo de todo tu texto y no ser el pesado de turno acodado sobre la barra:
No escribas más de tres ejemplos.
Ni encadenes más de tres adjetivos.
Ni enumeres más de tres sustantivos.
Y, por el amor de Dios, no pongas más de tres preguntas retóricas seguidas.
Todo lo que no sea eso, abruma al lector. ¿Qué opinas de este comienzo?:
Las listas son algo así como el menú degustación, la barra libre en las bodas, la fiesta de Navidad de la empresa, la publicidad de Antena 3, las esperas en la sanidad pública, las óperas de Wagner, los viajes en el Queen Mary: algo que se sabe que va a ser largo.
Pelín extenso, ¿no crees? Siete enumeraciones son demasiadas. Está permitido ser exhaustivos cuando realizamos listas, o sea, columnas con palabras u oraciones breves como la que he escrito antes de este ejemplo. Pero cuando se trata de redactar, la cosa cambia: el ritmo se vuelve más lento y, por tanto, pesado. Por ejemplo:
¿Imaginas un párrafo plagado de preguntas retóricas? ¿Un párrafo que quiera conectar con el lector a base de dirigirse a él entre interrogaciones? ¿Puedes suponer lo pesado que se hace? ¿Lo leerías hasta el final? ¿Tal vez pasarías al bloque de texto siguiente? ¿Escribes tú así? ¿Seguro? ¿Lo haces poniendo las preguntas en lista, una debajo de la otra, como el texto introductorio de La Guerra de Las Galaxias? ¿Y crees que eso lo mejora?
Cansa. Me pregunto si has leído todo entero el ejemplo anterior. Podría haberse resuelto con un simple…
¿Te imaginas un párrafo plagado de preguntas retóricas? Probablemente nadie lo leería.
Pues lo mismo pasa con los adjetivos…
Las enumeraciones resultan tediosas para el lector, aburridas, fastidiosas, ralentizantes, además de innecesarias, molestas, monótonas, pesadas.
… con los ejemplos…
Tantas palabras juntas sobre lo mismo son como escalar el K2 con una mochila de porteador a la espalda, como atravesar el desierto en patines, como aguantarse las ganas de ir al baño durante un concierto, como hacer dieta en navidades.
… con los sustantivos:
Las enumeraciones son típicas de los periodistas, de los catedráticos, de los políticos, de los abogados, de quienes redactan discursos, charlas, mítines, arengas o sermones.
… y con los monosílabos. Más de tres seguidos dan un aire sincopado a la lectura de tu texto, rasgo que queda muy bien en una obra de Stravinsky pero nunca en un escrito:
Yo no sé que le ves al té, que donde vas lo tomas. Si me lo das a probar, lo sabré. Y es que yo no soy muy fan de las tisanas.
Recuerda: un trío vale, pero cuidado con las orgías a la hora de enumerar.
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Foto: Desayuno con diamantes. Fiestón sin diamantes, donde todos los excesos se permiten. Ay, sin embargo los textos no son el Upper East Side de Manhattan: hay que cortarse.