Ventajas del lenguaje claro
Vale que un ligero acento extranjero nos pone. Y vale también que el idioma universal del cuerpo y sus caricias es más que suficiente… durante un amor de verano con un guiri. Pero para una relación buena, estable y larga no hay como un buen entendimiento mutuo y fluido. Y eso pasa por hablar tal vez no alto pero sí muy claro.
Entenderse acorta distancias, crea intimidad y da confianza. Quizás hasta genera cierto grado de compromiso al despejar del horizonte dobles sentidos, malentendidos y ambigüedades. Y, además, si hablas claro es porque piensas claro… y eso sí que pone. Porque la claridad, como la verdad, empodera.
Por tanto, es muy buena idea escribir de forma clara, y más en el mundo de los negocios y de las instituciones. Pero, ¿en qué consiste el lenguaje claro?
- Es un estilo de redacción simple que se entiende a la primera. Usa oraciones cortas, con pocas subordinadas y con verbos en voz activa del modo indicativo; echa mano del vocabulario común y explica brevemente lo que haga falta.
- Es preciso, conciso y directo, por lo que no hace perder el tiempo en su comprensión. Va al grano, carece de palabrería y huye de los enrevesados «adjunto remito a los efectos que procedan respecto del asunto de referencia» y semejantes anticuallas incomprensibles.
- Es efectivo porque el mensaje llega intacto, no se topa con interferencias en el camino como las confusiones que provoca el intimidante y oscuro lenguaje grandilocuente. Compara estos textos:
Imagen: Prodigioso volcán
- Es democrático: pretende que cualquiera pueda entenderlo, por lo que renuncia a los tecnicismos, las jergas profesionales y las palabras anticuadas o muy cultas. ¿Te acuerdas de aquella parodia de los hermanos Marx sobre el lioso y redundante lenguaje jurídico en Una noche en la ópera? «La parte contratante de la primera parte…». Después de cortar tanta cháchara, todo queda reducido a una simple y clarísima frase.
- Es empático: siempre se escribe teniendo en cuenta a la persona que lo leerá. Por eso el lenguaje claro facilita la lectura con negritas, cambios tipográficos, listas, tablas, explicaciones, ejemplos, una estructura ordenada y bloques de texto titulados. Como este post que estás leyendo.
- Se ajusta a las normas ortográficas, ya que estas fueron creadas para regular los usos de la lengua y facilitar, así, la comprensión entre quienes la hablan. Un documento mal acentuado, puntuado y escrito es un texto lleno de tropiezos que dificultan su lectura, como este sobre Johan Sebastian Mastropiero de Les Luthiers.
- Está bien presentado en el papel o en la pantalla, con sus buenos márgenes, su interlineado perfecto, sus párrafos bien definidos y equilibrados, su tipografía adecuada. Y es que eso también mejora la calidad de la lectura.
- En síntesis: el lenguaje claro es transparente. Y ya sabemos lo bien que quedan las transparencias…
Si quieres saber más sobre el lenguaje claro puedes consultar la obra de Daniel Cassany… o apuntarte a nuestro curso Lenguaje claro en el que aprenderás, practicarás y pulirás ese puntito tan sexy que tiene escribir y hablar para que todo el mundo te entienda.