Palabras curiosas

El Libro rojo de Cálamo y Cran

El bulímico de palabras curiosas

Reverenciada Mari Tilde: me veo en la tesitura de implorar tu asistencia en la ingente tarea de incrementar mi léxico. Padezco un dulce mal: me acosa una perpetua hambre, insaciable, de vocablos.  La lectura constante es una solución, sí, pero siempre quiero más y más…

Leo de Masiado

 

Querido Leo, ese prurito de ampliar tu léxico es muy loable, pero creo que todo tiene un límite. Padeces algo así como bulimia léxica, adicción a las palabras curiosas, y no sé si será bueno alimentarla. ¿No te parece algo enfermiza esa necesidad tuya? Intentaré borrar la lemniscata, el símbolo de infinito, en tu deseo de acumular significantes.

Tal vez te anime saber que el diccionario recoge 93.000 términos, por lo que, aunque esos no son todos los que se usan, este manual de consulta te resultará un pozo sin fondo para incrementar tu vocabulario.

Y quizás ayude a poner límite a tu voracidad descubrir que un hispanohablante medio utiliza unas 300 palabras, mientras que alguien más informado maneja en torno a 500. Y si bien cualquier profesional de la escritura echa mano de algo así como 3.000 términos, Cervantes usó en su obra unos 8.000 términos distintos, lo que supone un exiguo tres por ciento del idioma. Tu tarea es ingente, hidrópico, es decir insaciable, Leo.

Te recomiendo que te relajes y que, en lugar de engullir glotonamente tanta terminología, te deleites con ella. Menos cantidad y más calidad. Ahí va un menú degustación de significados que quizás satisfagan tus ganas de aumentar tu lexicón, tu repertorio léxico.

Inmarcesible se aplica a algo que no puede marchitarse. Lo leí recientemente en una obra de Almudena Grandes e inmediatamente busqué su precioso significado. También leyéndola a ella descubrí el término eufonía, adjetivo que califica a lo que suena bien.

Lo que no suena muy bien es un vagido, que aunque se parezca a balido en forma y sonido en realidad es el inquietante llanto de un neonato. Más inquietante sería encontrarle un lobanillo, pues se trata de cualquier bulto o excrecencia en el cuerpo humano. También en un árbol.

Pero lo que encuentro perturbador de verdad es a un atarván. Llamamos así a un ser humano grosero, que si además carece de bonhomía no tendría honradez ni afabilidad. Alguien a quien conviene brequear o, lo que es lo mismo, frenar. También sería buena idea parar los pies a un agiotista, que es el nombre de origen francés que recibe un usurero, el abusón que se aprovecha de la necesidad de los demás al hacer préstamos con un interés excesivo.

¿Te suena veragua? Quizás más bien te huela, porque se trata de ese moho que le sale a la ropa húmeda que no se tiende o no se ventila. El típico chero o mal olor de los pisos de estudiantes refractarios a abrir las ventanas.

Goloso Leo, seguro que te encantaría probar un ponqué, un bizcocho que recibe su nombre del inglés pound cake, pastel de libra, ya que esta, la libra, casi medio kilo, es la medida usada para cada uno de sus cuatro ingredientes: harina, azúcar, huevos y mantequilla. Como ves, no lleva pañí, que no es otra cosa que agua. ¿Prefieres una dona, es decir, un dónut?

No me cabe duda de que también darías un bocado a un sánduche o a un sánguche, el sándwich de toda la vida pero en español sabrosón, acompañado de una bebida con su luquete, la rodaja de limón o de naranja que se echa en el vaso del refresco. Estos caprichos no saciarán tu hambre y sed de palabras curiosas, pero al menos sí podrán reducir tu gazuza.

En cualquier caso, nunca ahíto Leo, evita abusar de la terminología inusual. Si lo haces, tus mensajes corren el peligro de resultar babélicos, laberínticos, en los que sería fácil perderse. Mejor, esfuérzate por emitir contenidos amicales, fáticos y conativos, que son los que resultan amistosos, que pretenden mantener la comunicación entre el emisor y el receptor y que persiguen influir en él.

Mi consejo: lee un poquito menos, no te enllaves en casa y sal al mundo a conocer a gente y disfrutar de las buenas compañías aunque sean pobres en vocabulario. Porque igual tu hambre léxica tiene más que ver con otra clase de hambre, más fácil de satisfacer y para la que no hacen falta demasiadas palabras.

 

Descárgate el Libro rojo

Un compendio de los manuales de estilo de referencia.

Es una obra de consulta rápida y eficaz para correctores, traductores y redactores.

¿Quieres seguir aprendiendo?

Descubre los cursos de creación de contenidos para profesionales del lenguaje.

Este curso de redacción profesional te ayudará a escribir con soltura, claridad y eficacia. Lograrás, de una forma muy práctica, una expresión escrita limpia y libre de errores gramaticales y ortográficos.
Mari Tilde

Mari Tilde

El consultorio de Mari Tilde por Cristina Planchuelo Tu consultora ortográfico-sentimental de cabecera

Descárgate el Libro rojo

Un compendio de los manuales de estilo de referencia.

Es una obra de consulta rápida y eficaz para correctores, traductores y redactores.

Comparte este artículo

Q

¡Únete la newsletter!

* Campo obligatorio


Introduce un email válido

Elige el tipo de contenido que quieres recibir de Cálamo y Cran:


Puede desuscribirse en cualquier momento haciendo clic en el enlace que aparece en el pie de página de nuestros correos electrónicos. Para obtener información sobre nuestras prácticas de privacidad, visite nuestro sitio web.

Utilizamos Mailchimp como plataforma de envío de nuestra newsletter. Al suscribirse, aceptas que tu información será transferida a Mailchimp para su procesamiento. Obten más información sobre las prácticas de privacidad de Mailchimp haciendo clic aquí.