Que levante la mano al que no le guste escribir listas
Si te dedicas a la escritura divulgativa, llena de listas tu blog, tu newsletter e incluso tu Instagram. ¿Por qué? Muy claro:
- Las listas se leen rápido, algo que resulta imprescindible en el mundo digital, poblado de lectores impacientes. Lo que se lee rápido genera mucho más interés ya que es el colmo de la eficacia: abundante información en poco tiempo y poco espacio. Solo twitter lo supera.
- Las listas son el Llongueras de la comunicación: te obligan sacar la tijera y escribir solo la información precisa y necesaria. Bueno para ti porque aprendes a no enrollarte, fenomenal para quien te lee ya que evita tu tediosa cháchara.
- Las listas son como los muebles de Ikea en un piso de alquiler: pesan poco y cambian de dueño con facilidad. Es decir, en las redes se comparten mucho más que un texto corrido.
- Puedes llevar las listas a formato infografía. Una imagen, sobre todo si es clara y bonita, recibe muuuuuuchos más likes que los post de un folio… por muy currados que estén.
- Si eres vago, las listas son tu soporte: se escriben rápido. Eso sí, antes tienes que pensar un montón –por algo se llaman listas−, pero a eso ya estás acostumbrado mientras no haces nada.
- En las listas no se notan tanto las faltas de ortografía ni la pobreza de estilo. Son textos unicornio: un híbrido entre el pedido del supermercado y Las mil y una noches. Quizás por eso la gente no es exigente con ellas.
- Las listas te permiten hacer rankings, y estos ocupan el número uno en el ranking de los textos más leídos.
AVISO. No se puede considerar lista la formada por más de quince elementos. Eso, más que lista, es un listón: pesado, molesto y difícil de manejar. Si tienes mucho que decir, y una sola lista no te da para contarlo todo, divide la información en trozos y ofrécela en diferentes entregas, como los culebrones.
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