Cálamo & Cran lleva más de 20 años prestando servicios de traducción, edición, corrección y diseño. Podemos presumir de clientes satisfechos y estas son algunas de las claves de nuestro éxito. Enseñamos lo que sabemos hacer y aquí os resumimos algunos consejos para ser altamente productivos en la gestión de proyectos de traducción:
- Las entregas a primera hora. Los clientes están esperando sus traducciones como agua de mayo. Entregando a primera hora estás dando una imagen de eficiencia y rapidez. Además, si quedaron dudas que resolver, le das margen al cliente para poder ayudarte. Win-Win.
- Revisa tu bandeja de entrada. Revisa cada e-mail y categorízalos antes de responder o descargar adjuntos. Usa banderitas, colores, carpetas…, agrúpalos por tarea o por proyecto.
- Dedica 5 minutos a organizar tu jornada. Coge tu agenda o notas del móvil/ordenador. Escribe todas las tareas pendientes del día y categorízalas: ¡las importantes y urgentes primero!
- Las reuniones con horario limitado y agenda clara. Apégate al horario marcado en las reuniones y trata solo aquellos puntos agendados. No regales tu tiempo.
- Dedica un tiempo en las primeras horas de la mañana a revisar los presupuestos pendientes. Un e-mail o llamada a ese cliente que aún no ha aceptado el presupuesto puede hacerte ganar un nuevo proyecto.
- Envía esa factura cuanto antes. Una vez que el proyecto está terminado, entregado y validado por el cliente, no demores el envío de la factura. Y asegúrate de tener todos los datos de facturación, orden de pedido, etc. Puedes asignar una hora del día o un día a la semana al envío de facturas.
- Mima a los colaboradores. Envíales las hojas de pedido lo antes posible. Ellos son tu equipo de producción y su confianza y tranquilidad son fundamentales para el desarrollo de cada proyecto. Fija una hora al día o un día a la semana para el envío de hojas de pedido.
- Cierra el proyecto con llave y candado. No dejes ningún cabo suelto, revisa las carpetas del proyecto, la factura, el presupuesto, las hojas de pedido y el último e-mail enviado al cliente. Evitarás llevarte sorpresas en el futuro. Y si puedes, envía una encuesta de satisfacción al cliente. Su feedback es oro para nuestro trabajo.
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