Escribir claro, escribir mejor

El Libro rojo de Cálamo y Cran

Un abstracto abstraído: escribir claro, escribir para que se entienda

Ya sabes ¿no?, Mari Tilde, que si esto y si lo otro. Somos monos sin lengua. Qué te voy a decir yo que tú no sepas de estos temas tan importantes como los que nos ocupan en este foro consultivo interpersonal. La vida, sí: la vida. Palabras, palabras, palabras… Así es como lo han montado ellos y como nos trata esta perra existencia que nos arroja a un ser y estar sin previa consulta. ¿Qué es el saber?, me/te pregunto.

Estasliao Nosentiende

 

Estasliao, como no seas un poquito más concreto no voy a poder ayudarte. Y que se me descosa el dobladillo del pichi ahora mismo si no estoy deseando echarte una mano. Porque te veo no perdido sino perdidísimo tanto en las cuestiones vitales como, y esto es muy grave, a la hora de comunicarte. Eres tan impreciso y abstracto que no se te entiende ni papa. A ver si podemos arreglarlo.

Voy a proporcionarte unas normas que, de aplicarlas, tu comunicación mejoraría muchísimo. Al menos la escrita. Forman parte del Zen de Python, que reúne 20 principios muy útiles en el lenguaje de programación de software pero que viene a las mil maravillas para comunicarnos entre humanos.  Enumero algunos principios y te los explico.

  • Bonito es mejor que feo. Sí: al comunicar, la belleza también importa, y mucho. Evita expresiones como «foro consultivo interpersonal», rimbombante y espantoso. Con lo bien que suena el término consultorio, que además casi lleva implícita la palabra foro y, por tanto, interpersonal. Y qué decir de ese «me/te pregunto», fórmula funcional y horrenda que pretende abreviar un biensonante me pregunto y también te pregunto a ti, por ejemplo.
  • Explícito es mejor que implícito. No juegues a las adivinanzas con quien te lee, no des por hecho que va a entenderte sin más. Has de aportar las explicaciones necesarias. A ver, ¿qué puñetas quieres decir con ese «ya sabes ¿no?, Mari Tilde, que si esto y si lo otro» y «qué te voy a decir yo que tú no sepas de estos temas tan importantes como los que nos ocupan»? Ay, incomprensible Estasliao, ¿por qué tengo yo que esforzarme en imaginar qué diantres se cuece en tu embarullada cabeza? ¿No será mejor que especifiques a qué te refieres en lugar de echar mano de esas inconcreciones? Quizás, Mari Tilde, tú que sabes tanto de la vida y de la escritura tal vez puedas ayudarme… si eso es lo que pretendías decirme.
  • Sencillo es mejor que complejo. A menudo, y tú especialmente, abstraído Estasliao, complicamos las cosas porque antes de escribir no hemos dedicado tiempo a pensar. Quizás conozcas la frase Si tuviera más tiempo te habría escrito una carta más corta, atribuida al físico y matemático Blaise Pascal, el de los pascales que miden la presión. Pues bien, para conseguir una escritura sencilla antes debes dedicar un rato a pensar qué quieres decir y cómo hacerlo. Por eso la sencillez lleva más tiempo, porque exige desenredar el lío mental. No me negarás que «esta perra existencia que nos arroja a un ser y estar sin previa consulta» es algo complejo. ¿Qué quieres decir exactamente con ese «un ser y estar»? ¿La vida, es lo que quieres decir? Pues dilo, lechuguino Estasliao. Lo que me lleva a otro principio Phyton:
  • Ante la ambigüedad, rechaza la tentación de adivinar. Por ejemplo, ¿qué demonios significa ese «somos monos sin lengua» del comienzo? Has de evitar las palabras polisémicas, las que tienen varios significados, si no aportas un contexto que ayude a desentrañar a qué te refieres. ¿Quieres decir que somos guapitos deslenguados?, ¿más bien simios sin idioma?, ¿guapitos sin idioma? A lo mejor monos con la lengua amputada. Uf, sigamos con el maldito Zen.
  • Si es difícil de explicar, es mala idea. Y malísima es el galimatías de tu carta. ¿Que quieres contar algo sesudo? Me parece muy bien, pero entonces no escribas siguiendo el hilo de tu zigzagueante pensamiento. Mejor escoge un solo tema del que tratar, elabora un esquema del contenido y elimina todo lo que complica.
  • Los espacios para los nombres son una idea genial. Eso significa que hay que escribir sustantivos, apellidos, motes, cargos, alias, apelativos, nombres de las cosas… O sea, los sujetos de los verbos. Así sabríamos a quién te refieres con ese «Así es como lo han montado ellos». Veamos, ¿quiénes son «ellos»?, ¡¿quiénes?! En lugar de un pronombre sin antecedente alguno ponnos un nombrecito, aunque sea común: los banqueros, los académicos, los reponedores del súper, los tiktokeros…
  • Que sea fácil de entender importa. Pues eso, Estasliaopordiós, que si nadie te va a entender ¿para qué co*o escribes?

Y sí, el nombre Zen de Python viene de los Monty Python. Y ahora mismo voy a verme La vida de Bryan a ver si se me pasa este cabreo tan poquito zen que me ha provocado tu abstracta carta.

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