El millonario empobrecido

El Libro rojo de Cálamo y Cran

El millonario empobrecido o cómo enriquecer la escritura

Mari Tilde, soy rico y soy pobre. Tengo mucho dinero y no tengo amigos ni tengo amor. Tengo la sensación de que la gente no está bien conmigo. Hago muchas cosas para ellos: realizo fiestas y viajes en los que pongo mi dinero, pero nunca finalizan como me gustaría ya que al final siempre estoy solo. Te lo digo por si tienes alguna cosa que me ayude con este tema para iniciarla lo antes posible.

Filipo Brecillo

 

Ay, Filipo, es que el dinero por sí solo no vuelve atractivo a nadie. En ocasiones es necesario dedicar un tiempo extra a cultivar el conocimiento, la buena apariencia física y el aseo personal. No estoy dando por hecho que descuides estas cuestiones, pero te lo digo por si acaso. De lo que sí estoy segura es que necesitas ampliar, y mucho, tu vocabulario. Escribes con tal precariedad léxica que leerte es un tostón, empobrecido Filipo.

Tiendes no solo a usar verbos y sustantivos excesivamente elementales sino que además los repites. ¿No te das cuenta de lo latoso que es leer o escuchar algo así? Porque si al redactar, tarea que implica poner más cuidado, incurres en este error ¿qué ocurrirá al hablar? No quiero ni imaginarme lo que puede ser conversar contigo. Por esa pobreza verbal te faltan amigos, Filipo abandonado.

Los verbos ser, tener, hacer, decir y poner son muy básicos por considerarse demasiado generales. Como los comodines, sirven para todo pero en realidad no comunican casi nada. Carecen de precisión, defecto que perjudica tanto la escritura como el habla. Porque es lo concreto, no lo abstracto, lo que despierta el interés entre los humanos. Y nuestra lengua es tan rica en concreciones…

Escribes «soy rico y soy pobre. Tengo mucho dinero y no tengo amigos ni tengo amor», con esos verbos ser y tener repetidos. Además, utilizas un conector muy poco expresivo: y. Mala decisión porque cuando enfrentas dos ideas contrarias, o sea adversarias, lo mejor es usar las conjunciones adversativas pero, sin embargo, no obstante, aunque… en lugar de la copulativa y, que se limita a unir sin más partes de la oración. En tu caso se trata, menesteroso Filipo, de reforzar lo paradójico de la situación: Soy rico pero soy pobre. Tengo mucho dinero sin embargo no tengo amigos ni tengo amor. O mucho mejor, por variado y matizado: Soy rico pero me siento pobre. Poseo mucho dinero, sin embargo carezco de amigos y amor, donde jugamos con el contraste entre ser y sentirse, poseer y carecer.

Y cómo pasar por alto ese depauperado «Tengo la sensación de que la gente no está bien conmigo. Hago muchas cosas para ellos», con una falta de concordancia entre «gente» y «ellos» que baja tontamente tanto el valor de cualquier texto. Pero si hablamos de pobreza léxica, que es el motivo de esta regañina, has de saber que repetir «tengo» y expresarte con «hago muchas cosas» es de una penuria verbal que raya la indigencia. Por no hablar de ese genérico «gente», correcto pero tan cicatero como «cosa» o «tema». Vamos a mejorarlo.

Escribes:

Tengo la sensación de que la gente no está bien conmigo. Hago muchas cosas para ellos.

Sería preferible algo tipo:

Percibo que las personas no disfrutan a mi lado, aunque me esmero en ello.

O bien, mucho más informal:

Sospecho que no gusto a las personas a pesar de que me esfuerzo en agradarlas.

Ay, adinerado aunque paupérrimo Filipo, reconozco ese derroche tuyo de esfuerzo en un intento de manejarte con algunos sinónimos. Lo constato en «realizo fiestas y viajes en los que pongo mi dinero, pero nunca finalizan como me gustaría ya que al final siempre estoy solo». Sin embargo, el efecto no es el que imagino que deseas. Ese «realizo fiestas» que esquiva el verbo hacer y ese «finalizar» que elude un simple terminar son amigos tan falsos como los que se ponen hasta arriba de champán y canapés a tu costa. Y no se trata de manías mías, no creas. Lo denuncia mi querido amigo el lingüista Alberto Gómez Font en el libro Palabras mayores. Llama verbos asesinos, porque acribillan el estilo, a esos que tú usas, además de iniciar.

Podrías haber escrito:

Celebro fiestas y viajes que nunca terminan/concluyen/acaban/se rematan/se consuman/se ultiman/finiquitan… como me gustaría.

Lo del dinero podemos dejarlo pasar, ya que por el contexto se da por hecho que eres tú quien corre con los gastos, y remarcarlo resulta algo vulgar por explícito.

¿Y qué decir de ese famélico remate tuyo tan necesitado de unos buenos homólogos que hasta da penita? Me refiero a «Te lo digo por si tienes alguna cosa que me ayude con este tema para iniciarla lo antes posible». De nuevo «tener», además de «cosa», «tema» y otro verbo asesino: «iniciar». Carentes todos de valor añadido por ser genéricos, sobreusados, ubicuos, devaluados, hiperdemandados… Una lástima. También veo solución a este desastre, vamos a allá.

He aquí tu petición, Filipo desamparado:

Te lo digo por si tienes alguna cosa que me ayude con este tema para iniciarla lo antes posible.

He aquí mi mejora:

Te lo expongo/declaro/manifiesto/menciono… por si encuentras/dispones/descubres/posees/se te ocurre… alguna solución/propuesta/remedio/recurso/salida/medida… que me ayude para aplicarla/adoptarla/adaptarla/llevarla a cabo… lo antes posible.

En resumen, desesperado Filipo, invierte en ti y en tu mejora personal, algo que seguramente pasa por incrementar tu cultura, agilizar tu conversación y apuntarte a algún curso de comunicación escrita que te ayudará a expresarte con más chispa. Y si además hueles bien y haces deporte para aumentar tus endorfinas y tonificar tu anatomía, tus amigos te querrán por tu atractivo y no por tu cuenta corriente. El carisma hay que currárselo, pobrecillo Filipo.

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