Diferencias entre el subtitulado con inteligencia artificial y el subtitulado tradicional

El Libro rojo de Cálamo y Cran

El subtitulado de contenidos audiovisuales a día de hoy podría decirse que es una tarea indispensable. Ya sea para contenido de páginas web, vídeos en internet, en televisión, en cine, congresos en directo o plataformas de streaming entre otros. Cada vez se crea más material audiovisual y cada vez este material se distribuye a más países del mundo.

El subtitulado es uno de los posibles métodos que existen para poder hacer llegar el contenido a otros lugares del mundo en su propia lengua o para hacerlo también más accesible. A veces podemos necesitar subtítulos en un entorno ruidoso, al aprender idiomas, al tener una discapacidad auditiva…

Durante décadas desde el comienzo del subtitulado, que podría decirse que data del año 1929 aproximadamente con la película El cantante de Jazz, se ha realizado por profesionales del sector o de las lenguas que han sincronizado, transcrito y traducido los diálogos. Sin embargo, en los últimos años, la tecnología y la inteligencia artificial (IA) han ido cambiando la situación generando subtítulos de forma automática.

Las principales ventajas que podrían tenerse en cuenta en la IA con respecto al subtitulado tradicional y manual serían la velocidad y el precio. Es cierto que con algo automático el tiempo de trabajo es menor y puede ayudar en situaciones en las que no se tenga el tiempo suficiente y no se cuente con las personas profesionales adecuadas.

Es probable que como se dice en muchas ocasiones “lo barato puede salir caro” dado que la inteligencia artificial aún no ha dado con la tecla en algunos asuntos de traducción y comprensión, como cuando en un material audiovisual existe mucho ruido o música de fondo, cuando hay varias voces similares o hablando simultáneamente, cuando la dicción no es la adecuada, cuando es una persona extranjera hablando un idioma diferente al nativo, cuando el sonido del vídeo no es suficientemente alto, cuando se trata de referencias culturales, nombres propios, frases hechas, juegos de palabras, chistes… Y estos son solo algunos de los casos donde el trabajo puede resultar menos preciso cuando se realiza de forma automática.

En cuanto a la parte técnica de sincronización, en algunas ocasiones la IA no detecta correctamente los cambios de plano, que normalmente han de respetarse en la medida de lo posible para que se lean cómodamente. Para facilitar la lectura, también hay que tener en cuenta cómo se dividen las frases dentro de los subtítulos y dentro de las líneas y esto normalmente tampoco se tiene en consideración cuando hablamos de un trabajo automático.

Si retomamos el aspecto del precio, a día de hoy normalmente no se pueden usar unos subtítulos automáticos de calidad sin revisar a conciencia los puntos mencionados anteriormente, luego puede que no salga tan barato cuando en algunas ocasiones puede conllevar más trabajo que la propia traducción/subtitulado humano desde cero.

Por último, el tono y el estilo es algo que una inteligencia artificial no puede lograr con la misma solvencia y coherencia que un/a subtitulador/a profesional.

Es indudable que la tecnología y la IA mejoran y evolucionan por momentos, pero a día de hoy se puede afirmar que la IA no proporciona subtítulos con la misma calidad y precisión. Lo que podemos hacer es utilizar la tecnología e inteligencia artificial a nuestro favor igual que todo evolucionó con la llegada de internet, diccionarios en línea, memorias de traducción, programas profesionales de subtitulado, Trados, documentación, referencias… Lo que no se puede hacer es devaluar el trabajo de profesionales formados en idiomas, programas especializados tratando de abaratar los costes. Ha de ser una ayuda, no una sustitución o momento para bajar las tarifas. Al igual que en cualquier otra profesión, las tarifas habrían de ir reñidas (entre otras tantas cosas) a la especialización, los costes internos, la demanda, la oferta, las horas de trabajo, así como la calidad del trabajo final.

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Samantha Mayordomo

Profesora de Traducción Me especialicé en traducción audiovisual y accesibilidad. Trabajé como traductora en el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción promoviendo y revisando la accesibilidad para personas sordas y ciegas. Actualmente, desde comienzos de 2020, trabajando como gestora de proyectos de traducción audiovisual y accesibilidad, revisora, traductora y gestora de prácticas de accesibilidad.

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