Qué puede hacer un editor o editora para evitar un desastre editorial
Más valioso que conocer cómo llegar a un best seller o éxito de ventas es saber cómo evitar un desastre editorial. Tener en cuenta estos factores es esencial a la hora de mantener una editorial rentable y en pie durante mucho tiempo. Este artículo es la reflexión de nuestro alumno del Curso Superior de Edición profesional: David Aliste Hernández.
El mercado editorial es un sector que no se puede controlar. Es un mundo cambiante y debemos conseguir no quedarnos atrás. Como editores, tenemos la obligación de preparar todos los productos que lanzamos a la venta en las mejores condiciones. Aunque hay cuestiones que no están en nuestras manos, sí tenemos el poder de intervenir en la edición y la preparación del contenido dentro de nuestras posibilidades y hacer de un libro “su mejor versión” para que sea todo un éxito. Esta práctica consiste en enumerar todos aquellos puntos que debe seguir un editor para evitar, en la medida de lo posible, un “desastre editorial”.
Compromiso editorial y ética profesional: las claves
En primer lugar, hay que ser leal a nuestra editorial, su política comercial y valores. Si intentamos salirnos del camino de la editorial y embarcarnos en proyectos que no son fieles al espíritu de la empresa, ese libro no saldrá bien. Un editor debe conocer el lugar donde trabaja y elegir aquellos trabajos que sumarán al catálogo de su editorial y que pueden aportar a esa idea que se tiene de la empresa.
Por otro lado, en el momento en que ya hemos decidido qué obra queremos publicar, es esencial construir una relación asertiva con el autor y consensuar aquellos pequeños cambios que queremos hacer a la obra. Desde el respeto hay que intentar impulsar aquella obra que nos ha llegado y, a veces, es necesario hacer algunos cambios. No intentar mejorar la obra que publicaremos es un fallo que puede jugar en nuestra contra. Además, es cierto que normalmente en el sector editorial se colabora con “personajes públicos” que quieren publicar, pero no son buenos autores. En esa situación, es esencial intervenir en ese libro.
Selección de profesionales: el secreto
Después de un buen editing es el momento de corregir y, en el caso de ser una obra extranjera, traducir. Existen muy buenos autores, pero que desconocen o no conocen completamente las reglas ortográficas o las convenciones que existen a la hora de escribir un libro. Contar con un buen corrector o correctora ahorrará a los futuros lectores problemas de coherencia en el texto. Asimismo, es una obligación profesional presentar un contenido sin faltas de ortografía o erratas en el contenido que publicaremos.
Paralelamente a lo anterior, una mala traducción de una obra líder en ventas en el extranjero puede ocasionar un “desastre editorial” en nuestro país. Las traducciones nunca son exactas porque hay que mantener una concordancia en la lengua a la que traducimos, pero nuestro deber es mantener la dignidad de la obra que hemos comprado por respeto al autor y porque se lo debemos a nuestros futuros lectores.
Humildad y empeño en hacer las cosas bien: la optimización de recursos
Cuando el texto ya esté listo, pasaremos a la impresión y a la construcción de nuestro libro físico. Es uno de los últimos pasos en el trabajo de edición, pero uno de los más importantes. Los materiales que usaremos para el libro se adecuarán al género y al tipo de edición que queramos presentar. Se tendrá en cuenta si es una edición especial, una edición de bolsillo, el género del libro para decidir los colores que se usarán, si tendrá ilustraciones o no… Son muchas cosas, pero una mala elección conlleva gastar más dinero del necesario y en vano, porque tal vez no sea del agrado de nuestros clientes o no llame lo suficiente la atención.
Finalmente, ha llegado el proceso de promoción de la obra. Es importante dar a conocer tu obra y usar aquellos medios que crees que encajan mejor con el libro que quieres vender. Existen muchas posibilidades como las redes sociales, la radio, la televisión o las propias librerías, pero se deben dosificar los recursos e invertir más en aquellos que darán mejor voz a tu proyecto.
Más de un libro no ha llegado a su potencial venta por una mala publicidad o una mala gestión de los recursos que se tiene con las posibilidades que se brindan. La venta de libros es un negocio y triunfas cuando sabes gestionar el gasto, tus recursos, con lo que puedes llegar a ganar. Juega bien tus cartas y reducirás considerablemente el riesgo de sufrir un “desastre editorial”.
David Aliste