Quizás piensas que porque sabes un puñado de normas sobre la acentuación y otro sobre el laísmo y el dequeísmo ya dominas la ortografía. Te equivocas. Porque los preceptos que rigen nuestra escritura son tantos y con tantísimas excepciones que es imposible conocerlos todos tras un simple vistazo. Explorar el idioma español es un trabajo de espeleología.
Por eso te propongo nuestra Escapada ortográfica. ¡Vámonos de letras!, con la que adentrarte en los exóticos rincones de nuestra lengua. ¿Naufragas en las lagunas de tu ignorancia? Entonces este curso será tu salvavidas. Y si tu corazón es aventurero, inconformista y curioso, lo disfrutarás muchísimo porque encontrarás la respuesta a esas preguntas que jamás te has atrevido a formular.
¿De verdad es necesario el punto y coma? De verdad, es necesario. De lo contrario ¿qué utilizas para separar los distintos elementos que llevan coma en una enumeración? No se te ocurre ningún ejemplo, ¿verdad? Ah, entonces es que a lo mejor no sabes tanto como te crees sobre puntuación. Pero eso no es todo, porque las listas se convierten en un paraíso para este signo asimétrico: ¿Dónde lo colocamos?, ¿se acompaña de mayúsculas?,… Hum, tendrás que descubrirlo en clase.
¿Qué expresan los puntos suspensivos? Silencio, sí, pero mucho más… que necesitas explorar. ¿Y cuál es el rincón de los signos de puntuación más exuberante pero desconocido? No podía ser otro que el de los dos puntos: muy pocos saben que nos ayudan a sacar conclusiones, poner ejemplos, establecer jerarquías, saludar educadamente, presentar, especificar, concretar, deducir, resumir, etc. Y es que entre dos el trabajo siempre es más fecundo.
Y, ¡uy!, las exclamaciones y las interrogaciones ¿cuántas son demasiadas? ¿Cuántas? ¡¡¡¿¿¿Cuántas???!!! ¿Y siempre se inauguran con una mayúscula inicial? Ya ves que no. ¿Pueden combinarse? Ya ves que sí. El cómo es otra cosa que te será revelada en este curso solo apto para mentes intrépidas.
Si te gustan las alturas, te fascinará el circuito monumental que te proponemos. Se trata de un recorrido por el siempre complejo y variable –(pues tiene su corazoncito) mundo de las mayúsculas. Es la norma ortográfica menos unificada, pero no por eso vamos a dejar de bucear en ella. ¿Escribimos dios o Dios?, ¿cuello mao o cuello Mao?, ¿ganó varios goya o ganó varios Goya?, ¿he comprado un picasso o he comprado un Picasso? Pues todo depende. El de qué tendrás que descubrirlo con nosotros.
Quizás sepas que escribimos el acento en las palabras extranjeras, como sándwich, bungaló y bufé, y también en las compuestas al estilo de físico-químico y de castellano-leonés. Pero ¿por qué cuídate y reúno llevan tilde pero no cuidar, reunir ni rehuido? Si desconoces la respuesta, es que todavía no has disfrutado del laberíntico jardín de las tildes. En nuestro recorrido apreciarás con claridad la diferencia entre el aburguesado diptongo y el barriobajero hiato. Y es que, si bien el primero sigue a rajatabla las normas de acentuación, el segundo se las salta. ¿Por qué? Porque los golpes de voz, igual que los golpes en la vida, fortalecen a las vocales débiles. Y hasta aquí puedo escribir.
Es muy posible que a estas alturas de la vida aún no distingas entre las siglas, los símbolos, las abreviaturas y los acrónimos. Pues entonces una escapada breve por las tres formas de abreviar no te vendría nada mal. ¿Necesitas alguna pista? Ahí la tienes: solo una de ellas lleva punto, justamente la única que cambia con el idioma. ¿No caes? Es, curiosamente, la que tiene el nombre más largo de todas a pesar de que su misión es acortar. ¡Sí, la abreviatura!
Y si deseas volver de este tour con tu mochila cargada de souvenirs locales, ojito no sea que se te cuele algún error. Pues si bien las singularidades territoriales son muy bienvenidas entre los lingüistas, pueden causar rechazo en una escritura estándar. Me refiero al bazar de los laísmos, leísmos y loísmos que pueblan nuestra geografía ortográfica. Es posible que domines este tema, pero también lo es que dudes a veces. Porque cuando nos referimos a ella, ¿se dice, la invito o le invito, se la ve contenta o se le ve contenta, la hacemos reír o le hacemos reír…? Quizás todo te suena igual de bien, y no me extraña porque los falsos laísmos conviven con los verdaderos en la misma zona horaria y hay que saber distinguirlos. Vente con nosotros a descubrirlo.
Y ¿qué hacemos con las llamadas «palabras difíciles», esas cuya escritura nos hace dudar porque contienen dos letras repetidas contiguas? Hablo de radiooyente y radioyente, antiincendios y antincendios, reemplazar y remplazar, fláccido y flácido, psicosis y sicosis, postgrado y posgrado… Lo cierto es que la ortografía nos recomienda simplificar pero, ay, no siempre es posible coger ese carril. En este tour por el idioma investigaremos los itinerarios alternativos.
También están las palabras que se parecen a otras pero no significan lo mismo, como conque y con que, sino y si no, porque y por que, atrás y detrás, prever y proveer, franquear y flanquear. ¿Buscas una regla que seguir a rajatabla? Vas por mal camino. Deja que te enseñemos a descifrar el plano de este terreno tan fragoso.
Si amas la buena escritura, ahora que los días empiezan a ser más largos date un chapuzón de ortografía en nuestro curso Escapada ortográfica. ¡Vámonos de letras! Tres sesiones de tardeo: los martes 9, 16 y 23 de abril de 18:30 a 20:30. ¿Se te ocurre un plan mejor para inaugurar el mes de abril? ¿O tal vez se escribe Abril?