Hablar de tarifas de forma concreta es muy difícil. Las circunstancias personales de cada uno y las variables de cada proyecto hacen complicado concretar este tema a un rango específico. Eso sí, estamos de acuerdo en que la rentabilidad de cada proyecto tiene que ser calculada de forma particular y meticulosa.
Hay factores objetivos que pueden influir en la aplicación de un precio: urgencia, volumen, dificultad… pero también hay otros subjetivos que tendremos en cuenta: disponibilidad actual, interés en la temática o en el cliente…
Es importante definir nuestro umbral: la tarifa mínima por debajo de la que nunca vamos a trabajar porque consideramos que sería regalar nuestro trabajo.
Intentar conseguir o retener a un cliente con unas tarifas demasiado bajas es un error.
Estos son, en mi opinión, los motivos principales:
- Una vez que le das una tarifa muy baja a un cliente, aspirar a subirla algún día es una labor digna del mismísimo Hércules (¿te cuento un secreto que ya sabes? NO VA A PASAR).
- Si aceptas solo este tipo de clientes, toda tu jornada laboral será poco rentable y te será difícil cumplir tus sueños vitales o, directamente, tendrás problemas para llegar a fin de mes (no es que aspires a tener un yate con el nombre de tu madre, pero vivir con dignidad y darse algún caprichito estaría bien después de todo).
- No podrás realizar nunca un trabajo profesional del que puedas sentirte orgulloso/a. Tenemos una profesión maravillosa que nos permite realizarnos de mil formas, ¿de verdad quieres quemarte con proyectos que no merecen la pena?
- Lo más importante: el tiempo y esfuerzo invertidos en un proyecto no rentable puedes dedicarlos a encontrar otros proyectos mejor pagados y, sobre todo, a clientes dispuestos a valorar adecuadamente tu trabajo.
Sabemos que los primeros pasos son siempre los más difíciles. Son los más inseguros, inexpertos e impulsivos. Cuando iniciamos nuestra andadura profesional es probable que el deseo de trabajar nos nuble y no nos deje ver que ese primer contacto que nos llega, ese adorado primer cliente puede ser, en realidad, una trampa. Recuerda estos motivos antes de enviar tu presupuesto.
Si quieres saber más: