Cómo escribir un guion de cine
¿Por qué escribimos? Esa es al mismo tiempo la pregunta más fácil y difícil de responder para cualquier escritor, profesional o no. Escribimos por instinto, por descontado, por naturaleza, porque hemos contado historias desde los albores de los tiempos, porque nos gusta, porque nos relaja, porque no podemos no hacerlo, porque queremos comunicar, porque queremos cambiar el mundo y porque no sabemos hacer otra cosa. También escribimos por motivos más o menos trascendentales: el miedo, el amor, el simple aburrimiento, la venganza. Otras veces toca escribir por motivos más insustanciales: porque algo habrá que hacer, porque me lo ha encargado un cliente o porque me acabo de comprar una máquina de escribir vintage y tengo que amortizarla.
Sea cual sea la razón por la que lo hagamos todos los escritores tenemos un punto común, nuestro mejor aliado y nuestro peor enemigo: el folio en blanco. Cuando un guionista, se sienta frente a un folio en blanco (físico o digital) es el momento de la verdad, es entonces cuando todas esas ideas anotadas en varias libretas deberán tomar estructura y forma para acabar convertidas en una de las mejores películas de todos los tiempos.
Pero claro, no siempre es tan fácil. Cuando uno es un guionista novel se cometen una serie de errores que acaban frustrándonos y condenando a grandes historias al limbo del cajón del escritorio.
Para escribir una gran historia o simplemente, quieres entender como funciona una narración cinematográfica, tendrás que desglosar los elementos de la película y explicar lo que significan para ti. Esto implica tener que mirar con atención, indagar todos los aspectos, concentrarte en los temas que concuerden contigo, ver el mecanismo que opera dentro de una película y que permite que la historia esté contada bajo los parámetros del lenguaje audiovisual. En cualquier caso, el secreto de un buen análisis reside, como casi todo en la vida, en un buen punto de partida, un correcto punto de vista. Por tanto, aprender a analizar una película es aprender a preguntarte cosas, aprender a ser curioso, a seleccionar y categorizar información, y fundamentalmente es aprender a disfrutar con las obras cinematográficas de una manera que jamás conseguiríamos si no nos atreviéramos a cuestionar, relacionar y desmoldar nuestra mirada.
Un buen curso de Guión cinematográfico ofrece todo esto: te enseñamos a desmontar la narración cinematográfica para que tengas una mirada crítica hacia el cine y para que, si así lo deseas, puedas escribir tu propio cortometraje e iniciarte en el oficio maravilloso de narrador de historias.
¿Te atreves?
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