Actualizado en junio de 2024
¿Qué salidas profesionales tienen las filologías?
Ay, las salidas profesionales de filología, lis silidis prifisinilis di fililigíi…
Los filólogos, probablemente incluso antes de marcar la casillita correspondiente del formulario de inscripción preuniversitaria, tenemos una cosa clara: no tenemos ni idea de en qué acabaremos trabajando. O mejor dicho, hemos asumido como algo seguro que acabaremos ejerciendo varias profesiones diferentes (algunas simultáneamente). Esto, que a primera vista podría resultarles a algunos poco menos que una condena, tal y como yo lo veo es en realidad una gran ventaja: ser especialista en un idioma (ya sea el tuyo materno u otro diferente) te será útil en prácticamente cualquier trabajo, por lo que tenemos una mayor capacidad para, llegado el momento, reinventarnos profesionalmente. Algo que, en una sociedad que cambia a pasos agigantados, más que una virtud se convierte en necesidad.
El filólogo necesita, una vez acabada la carrera, especializarse en algún campo en concreto para poder ejercer y sacarle rendimiento económico a su formación. Es decir, coger toda esa teoría maravillosa que hemos ido absorbiendo y disfrutando durante cuatro años y transformarla en un oficio, en algo por lo que te paguen y que te permita, en algún momento de tu vida, emanciparte.
Y entonces es donde empieza el verdadero dilema para algunos que, como yo, no teníamos una predilección clara por ningún campo profesional en especial. De entrada, nos planteamos unas cuantas posibilidades más o menos obvias relacionadas con el mundo de la enseñanza y la edición. Pero la vida da muchas vueltas, y la vida profesional de un filólogo más. Así que uno empieza trabajando de lo que puede mientras se va formando en lo que le apetece o lo que sospecha que puede tener más salidas en el mercado laboral. Y, poco a poco, es probable que pasemos por varios oficios diferentes, acumulando experiencia en diferentes campos, no todos ellos relacionados directamente con la filología, al menos no a simple vista.
Ahí va un listado de empleos en los que me consta que trabajan o han trabajado filólogos que yo conozco:
– profesor de secundaria de lengua y literatura
– profesor de español como lengua extranjera
– editor
– librero, bibliotecario
– creadores de Contenido (Content Managers)
Yo he ejercido nueve de estas trece profesiones y no reniego de ninguna: todas y cada una de ellas me han aportado muchísimo, no solo como persona (que es importante, no lo olvidemos) sino también como filóloga. Y en todos se valoró muy positivamente mi vasto conocimiento y dominio del español. De hecho que creo que la capacidad de adaptación y reconversión viene innata en todos los que nos acercamos a las carreras de letras.
Filólogos y filólogas del mundo, ayudadme a aumentar el listado. ¿En qué otros trabajos habéis ejercido como especialistas de un idioma?
Y si estás aquí porque eres de los que piensas que las carreras de letras no tienen futuro, haz clic en este artículo.
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