Qué ilusa era hace un año. Lo que me gustaba renegar de los muchos compromisos sociales que tocaban por estas fechas: qué rollo la comida de Navidad, no me apetece ver a nadie, qué pesados los del gimnasio, qué pereza la cena de empresa…
Lo bien que iban a caer los puentes este año, iba a aprovecharlos todos: este me voy a llevar a mi hijo a Legoland, este otro me voy a ir a bucear a Cabo de Palos y aquel voy a ir a subir el Almanzor.
Y lo mejor, mi plan para el verano: después de 24 años al frente de Cálamo con Antonio, me voy a tomar unas vacaciones de tres meses, para celebrar mis 50, y voy a pasarme la mitad de ese tiempo viajando en bici por medio mundo y la otra mitad buceando en los tres grandes Océanos.
El 2020 prometía mucho.
Pero llegó marzo. De pronto: fogonazo. Miedo. Incertidumbre. No hay que dar nada por sentado.
Adiós planes de puentes y vacaciones, toca sacudirse los sueños y remangarse. Teníamos de frente el mayor reto al que nos habíamos enfrentado desde que iniciamos este proyecto. Sabía que íbamos a salir de esta, reforzados. Mejor adaptados. ¿Cuándo? Pronto. ¿Cambiaríamos? A mejor.
El ser humano es capaz de lo inimaginable y así lo ha demostrado. No hay pandemia, obstáculo o problema que se resista a la voluntad humana. Eso sí, necesita de los demás. “Solo no puedes, con amigos, sí”. Y si algo me ha quedado claro en este año es que Cálamo tiene amigos a porrones.
Ahora, después de todo lo pasado en estos meses, quiero y queremos dar las gracias, porque llegar hasta aquí no habría sido posible sin vuestro apoyo.
GRACIAS
-A nuestros alumnos y alumnas. Gracias por la confianza, por la paciencia con la implantación de los nuevos formatos, con los cambios de horarios, con las nuevas medidas sanitarias… Si alguien se ha adaptado bien, habéis sido vosotros y vosotras. Gracias por hacer de nuestras aulas un lugar seguro y gracias por mantener vivo ese instinto de superación humano que no puede parar de mejorar y aprender pese a las condiciones adversas.
-A nuestros clientes. Antiguos y nuevos. Gracias por no parar. Que vosotros sigáis con vuestros proyectos hace que nosotros continuemos los nuestros. Estamos conectados y es un placer acompañaros en vuestros éxitos.
-A nuestros profesores y profesoras. Profesionales capaces de compaginar proyectos propios, tutorías y obligaciones familiares sin que la calidad del trabajo se merme una pizca. Os hicimos cambiar la forma de enseñar y seguíais brillando. Bravo.
-A nuestros colaboradores y colaboradoras (de traducción, edición, corrección, maquetación, diseño…). Es un honor contar con semejante equipo de profesionales. Gracias por los correos a deshoras y por vuestra dedicación infinita. Sois los mejores.
-A nuestro equipo, por supuesto. El mejor equipo. Las personas que han hecho posible este cambio a mejor, que no han parado, que no han dudado, que han estado siempre ahí. Si alguien hubiese flojeado, el resto lo habría notado. Y no lo habéis permitido. Simplemente no lo habéis permitido.
-Y, en especial, a nuestra diseñadora Alba, que a pesar de que este año le dio el peor de los golpes, ha sido capaz de darnos el color que necesitábamos para verlo todo en positivo.
2021, aquí estamos, preparados.