Un espartano apartado
Mari Tilde:
Soy hombre austero y mi máxima es el ahorro. Por eso detesto que la mayoría de personas dedique sus vacaciones a viajes. No se conforman con desplazarse a capitales de provincia, no: van a Islas Baleares o a Islas Canarias o, más lejos aún, a República Dominicana y a Reino Unido. Y no se privan de nada: juegan tenis, baloncesto, voleibol… Y hacen compras, van a fiestas, beben alcohol… Hala, a gastarse dinero con la ilusión de pasar página en su insignificante vida. Puag.
Andrés Cueto
Andrés querido, ¿por qué te incordia que la gente haga con su tiempo lo que le dé la gana? ¿A lo mejor estás un poco envidiosillo de lo que hacen, eh, campeón? No sé si serás austero por filosofía de vida o porque no te da el presupuesto, el caso es que tanto ahorrar tanto ahorra igual te está amargando un poquito el carácter…
Fíjate si eres rácano que hasta roñoseas los artículos delante de los nombres. Y eso no está nada bien porque, como pasa con tantas otras partículas de nuestra lengua, unas veces los artículos son imprescindibles y otras no. Te lo explico, a ver si tu tendencia a la parquedad mental no te impide entenderlo.
Hay nombres ahorradores como tú, llamados sustantivos escuetos, que no precisan un determinante (o sea, prescinden de el, la, los, un, unas, este, vuestras…). Tú has escrito, y muy bien, algunos de ellos: «hacen compras», «van a fiestas», «beben alcohol», «gastarse dinero» y «pasan página».
Porque no es lo mismo hacer compras que hacer las compras ni pasar página que pasar la página. Y esa es la gracia de estos sustantivos tan sobrios que, fíjate, ganan riqueza: al evitar el artículo convierten la expresión en algo general, no en una cuestión particular. Sin embargo, las compras son unas compras determinadas, lo mismo que la página, el dinero, las fiestas y el alcohol. Y es que el determinante determina, frugal Andrés.
De manera que los sustantivos sin el artículo se convierten en una especie de arquetipo. Mi admiradísima María Moliner dejó escrito que se hace esa omisión «cuando se quiere clasificar y no identificar, denotando inconcreción o imprecisión». Se dejó barba, usa sombrero, busco socia tienen ese carácter genérico que no habla de ninguna barba, sombrero ni socia específicos.
Los sustantivos sin artículo, por otro lado, no siempre acompañan a un verbo. Y si van precedidos de la preposición de son como adjetivos calificativos de otro nombre al que, de nuevo, le otorgan un carácter general: mesa de despacho no es lo mismo que la mesa del despacho, igualmente sucede con casa de campo, libro de consulta, aula de informática… que son categorías y no especificaciones. Como ves, ahorrativo Andrés, nuestra lengua tampoco despilfarra pero no por eso deja de gastar artículos cuando sí hacen falta.
Y ahí es donde está tu error, algo envidiosete Andrés, al considerarte «hombre austero» en lugar de un hombre austero. Y al escribir tú «la mayoría de personas», sin ese las imprescindible que también hace falta en «capitales de provincia». Como necesario es el artículo los en «dedique sus vacaciones a viajes». Y no se salvan de tu ahorro los nombres de los lugares a los que has afanado su artículo.
Porque los nombres propios de lugar que incluyen algún tipo de división o de organización llevan el artículo: en las islas, las repúblicas, los reinos, los emiratos… hay que instalarse con sus buenos artículos y no comérselos durante el viaje.
¿Y qué decir de los deportes, mísero y miserable Andrés? ¿Cómo ejercitarlos sin los artículos necesarios? Y no me refiero a unas buenas zapatillas o una raqueta recién estrenada, sino a esos jugar al tenis, practicar el baloncesto, aprender el voleibol que, con su buen determinante entre el verbo y el nombre, se ajustan divinamente a las reglas de la gimnasia ortográfica.
Como ves, infelice Andrés, la lengua es flexible en sus normas y usos por la simple razón de que emana de lo humano. Y todo lo humano es dinámico y adaptable como cualquier forma de vida. Déjate de austeridades y, ahora que llega el verano, márchate a las Islas Canarias, date unos cuantos gustazos… y verás como te da lo mismo qué haga la mayoría de las personas con su significante vida.