Los puntos suspensivos tienen algo en común con Clark Kent
Superman y Clark Kent no están nunca en el mismo lugar en el mismo momento, por la sencilla razón de que son la misma persona. Eso significa que en cuanto Superman surca los cielos con su capa, el reportero Kent ya ha desaparecido del mapa.
Pues bien, esto mismo pasa con los puntos suspensivos y la palabra etcétera o su abreviatura etc.: nunca pueden estar en el mismo lugar a un tiempo. O están unos o está la otra, pero jamás aparecen juntos.
Así, escribimos:
El villano recibió su merecido: puñetazos en la cara y golpes en la espalda, el tronco, la nuca…
O bien:
El villano recibió su merecido: puñetazos en la cara y golpes en la espalda, el tronco, la nuca, etc.
Pero no la combinación de ambas.
Y tal vez te surja una duda: ¿cuántos puntos llevan los puntos suspensivos? Llevan tres, solo tres. ¿Y la abreviatura etc.? Nada más que uno. ¿Y si después hay que poner un punto seguido, aparte o final? Pues no se pone, ya que la gramática se rige por un criterio de economía: nada de desperdiciar signos. Si ya hay un punto, ¿para qué añadir más? Así:
Superman tiene numerosos superpoderes: vuelo, superfuerza, supervelocidad, superoído, visión de rayos X, superaliento… Todos se anulan en presencia de la centelleante kriptonita.
Observa que después de los tres puntos suspensivos no añadimos ninguno más.
Así que la próxima vez que hagas una enumeración y te plantees escribir puntos suspensivos y etc. juntos, evoca esta imagen: un tío cachas en chaqueta, corbata… ¡y leotardos! Feo, ¿verdad? Igual de feo es esto: …etc.
Recuérdalo.
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