¿Qué tenemos que tener en cuenta al escribir en internet?
Crear un blog es relativamente fácil, casi tanto como abandonarlo por desistimiento.
Pero crear un blog y hacer de él un uso razonable y rentable en términos de audiencia y de interés ya es algo un poco más difícil.
Realmente parece sencillo el proceso: abres un blog, escribes un artículo y te sientas a ver cómo van llegando las visitas. Horas después, te desesperas porque solo has recibido un par de visitas, y teniendo en cuenta que has llamado a diez amigos para que lo lean, te desesperas todavía más porque ocho de ellos no te han incluido entre sus prioridades. Incluso puede ser que ni siquiera hayan recibido tu mensaje.
Al día siguiente te levantas decidido a escribir un artículo que nadie podrá dejar de leer, aunque ni siquiera te hayas parado a pensar que el primero que escribiste no tiene por qué ser malo. Y lo haces, escribes el artículo del siglo, el artículo que se convertirá en fuente de inspiración de futuros articulistas, o al menos eso es lo que has elegido creer.
Como los dos amigos que leyeron (o dijeron haberlo hecho) tu primer artículo, consideran que han cumplido, saben que no les llamarás para que lean este segundo, te quedan ocho que pueden seguir muy ocupados o, tal vez, disimulando hasta que se te pase esta fiebre de abrir un blog y, además, mantenerlo.
Pero hay otras formas de generar interés y conseguir audiencia para tu blog que coger el teléfono y perder amigos al mismo ritmo que marcas.
No se trata de trucos, sino de técnicas; no se trata de sensacionalismos, sino de respeto por el lector; no se trata de protagonismo, sino de enfoques singulares; no se trata de imponer, sino de seducir.
La escritura para la web no carece, a pesar de su nombre, de los elementos de que participan otros tipos de comunicaciones entre humanos, porque de eso se trata: de comunicación entre humanos. Pero al mismo tiempo, se trata de comunicarse a través de máquinas que son las encargadas de categorizar, clasificar y mostrar el contenido de esas comunicaciones a sus destinatarios.
En resumen, la escritura para la web es la conjunción y la conjugación de dos objetivos inexcusables: comunicarse con humanos y comunicarse con las máquinas, con esas máquinas que son archivo y mensajero, soporte y expositor, vehículo y evaluador… de esas comunicaciones entre humanos.
Cuando ya has integrado algunos conceptos en tu vocabulario y en tus rutinas de publicación en tu blog, vas recibiendo visitas que ya ni esperabas, y te recompensan los esfuerzos y los desvelos; y te animan a escribir más artículos que mantengan el interés y la atención de la audiencia… Has establecido una relación con tus lectores, que cada día son más y que te sirven, a su vez, de altavoz de tus creaciones.
Vuelves la vista atrás y te das cuenta de que todo se lo debes a haber aprendido a comunicarte con humanos, sin descuidar la comunicación con la máquina.