El otro día atravesaba con una colega los eternos pasillos de una estación de metro y nos paramos delante de la publicidad de una academia de idiomas. En el anuncio se destacaba como uno de los principales activos del centro lo siguiente: “Solo profesorado nativo”. Y nos miramos las dos, profesoras de español, con esa deformación profesional que nos caracteriza, que siempre vámonos leyéndolo y sacándole punta a todo, y suspiramos. Las dos nos habíamos fijado en lo mismo: A estas alturas y seguimos sin entender nada. ¡Otra vez con la trampa del profesor nativo!
Yo no quiero aprender un idioma con alguien que lo tenga como lengua materna, sin más; lo que quiero de una academia es que me aseguren que los profesores de su centro, nativos o no, están formados, especializados y saben lo que hacen en el aula, decía mi amiga y no me hagan perder el tiempo haciendo un ejercicio de huecos tras otro, sin pies ni patas ¿Tan difícil es de entender?
¿Y cómo se forma un profesor de español para extranjeros (o de la lengua que sea)? Para empezar, se necesitan unos sólidos conocimientos sobre la lengua que va a enseñar. Y no, no vale con ser nativo. Por eso la principal cantera del profesorado de idiomas son las Facultades de Filología o de otros estudios del campo de las Humanidades. Pero es que además hay que saber cómo enseñar. La didáctica de las lenguas extranjeras es un campo apasionante e inagotable: ¿cómo se aprenden las segundas lenguas?, ¿tiene algo en común ese proceso con el de la adquisición de la lengua materna? ¿qué sabemos cuando hablamos una lengua? ¿qué es eso de la competencia comunicativa? ¿cómo se pueden desarrollar todas las destrezas lingüísticas? ¿cómo enseñar la gramática o el léxico? ¿cuál es el papel del error, qué tenemos que corregir y cuándo y cómo hacerlo? ¿qué español enseñamos en clase? ¿cómo puede el docente favorecer un buen aprendizaje? ¿qué herramientas puede usar? ¿cómo sacarle partido a la tecnología? ¿cómo motivar a los estudiantes y ayudarles a desarrollar estrategias de aprendizaje? ¿cómo preparar una clase o se planifica un curso? ¿cómo evalúar?
A todo eso, sumadle la observación de lo que sucede en el aula y la reflexión sobre el desempeño docente, o sobre cómo hemos aprendido otras lenguas. Y la curiosidad por seguir aprendiendo y hacerlo cada día mejor.
Son tantas las variantes que intervienen en el proceso de enseñanza/aprendizaje de una lengua que ningún profesor de ELE que se precie puede decir: venga, ya he terminado de formarme. Hay cursos básicos, de iniciación, o cursos de especialización, másteres, cursos para profundizar, seminarios específicos, presenciales o en línea. La oferta es inmensa. Una formación de calidad adecuada a nuestras posibilidades y conocimientos es imprescindible.
¿Te interesa la Enseñanza de español para extranjeros? Quizá tu pasión gira en torno a tu idioma… quién sabe.
A ver cuándo nos encontramos un anuncio de una academia en la que podamos leer: “solo profesores especializados”. O “solo los mejores profesores”. A esa me apunto, fijo.
Enseñanza de español para extranjeros
Profesor de español para extranjeros