Palabras separadas al nacer
La vida me confunde, Mary Tilde. ¿Por qué lo llamamos «amor» cuando queremos decir «sexo»? ¿Por qué parece una amistad lo que es pura conveniencia? ¿Por qué el contrato pone «ocho horas diarias» y la cosa se alarga a diez, y la talla 38 es en realidad una ajustadísima 36? No logro entender la vida. Y lo paso fatal. ¿Me orientas?
Susi Confusi
Ay, Susi, Susi… Qué complicada es la vida, sí. Pero deja de sufrir y encaja que, aunque pongamos nombres y medidas a lo que nos rodea, la realidad siempre va a su aire. No te tomes todo al pie de la letra porque hay cosas se parecen tanto que nos confunden. Como el lenguaje, que creemos preciso pero que contiene tantas ambigüedades, matices y contradicciones (que no contrariedades) como la propia naturaleza humana.
Por ejemplo, nos confundimos con lívido y libido. Esta no es esdrújula, sino llana, se escribe con b y no con v y hace referencia al deseo sexual. Además es un sustantivo: la libido. Por su parte, lívido nos sirve para adjetivar algo que tiene mal color, entre paliducho y morado. Te deseo mucha libido pero no un aspecto lívido, Susi, a pesar de ese malestar emocional tuyo… que ya te tienes que ir quitando.
Y luego están ver, visualizar y visibilizar, todos miembros de la misma familia pero todos separados al nacer. Porque vemos con los ojos, pero visualizamos con la imaginación y visibilizamos con algún chisme (un microscopio, por ejemplo), o con alguna palabra, que nos permite distinguir lo que no se ve a simple vista. Como el mansplaining, neologismo en inglés que nombra, para visibilizar, la tendencia masculina a explicarnos a las mujeres, por considerarnos inferiores, lo que ya sabemos…
Y no es lo mismo debatir (enfrentar opiniones) que dirimir, es decir, deshacer, anular o terminar algo: una pareja, una sociedad mercantil, un contrato. Como tampoco lo son erguirse y erigirse. El primero es lo que nos dicen las madres que hagamos, ponernos rectas, mientras que el segundo significa fundar (la misma sociedad mercantil que luego dirimiremos) o dotar de una nueva categoría a algo o a alguien. ¡Quiero que me erijan académica de la Lengua!
Susi, no confundas poner en relieve (destacar) con poner en relevo, o sea en sustitución; ni alimenticio (que nutre, como las nueces o el plátano) con alimentario (relativo a los alimentos. La industria alimentaria, por ejemplo). Ni áurea (o sea, de oro; del latín aurum) con aura, el suave halo de luz que tienen los cuerpos luminosos. Ni poner (colocar en un sitio) con posicionar (tomar partido por una idea).
En fin, Susi, que espero que tu actitud dé un giro de 180º, no de 360º (esto es trazar un círculo, es decir, volver al punto de partida) y que te tomes las palabras como una mera aproximación a la realidad. Fíate más de los hechos que del vocabulario. Y acerca de las tallas de la ropa… Hija, es que eso todavía no está homologado. Mejor, escoge a ojo, haz cola y entra en el probador.
Mari Tilde
Tu consultora ortográfico-sentimental de cabecera